El único blog que admite de antemano que está de güeva.

Ahora patrocinado por Jarabe El Chorrito, "¡Es bueno el cabrón!"

domingo, 17 de mayo de 2009

La Carretera


Hace como un año me enteré de este libro gracias a una página de internet que visito periódicamente. Cuando leí la reseña de La Carretera en esa página, me emocioné mucho, sobre todo porque el artículo fue escrito por uno de mis escritores favoritos: Ruy Xoconostle. La reseña hablaba maravillas del libro, pero sobre todo, hacía hincapié en las maravillosas habilidades del autor de La Carretera para jugar con las emociones de sus lectores con una historia bastante simple.
Aquello me llamó la atención, así que fui y me compre el libro La Carretera, de Cormac McCarthy.
No llevaba yo seis páginas del pinche libro cuando me di cuenta que estaba llorando. No mames: ¡seis páginas! Ni un pinche cuento bien hecho logra eso. ¡Qué talento! ¡Qué chingón! ¡Yo soy fan de McCarthy!
La historia del libro es la siguiente: un desastre nuclear o algo así (nunca se revela) elimina a la mayor parte de la población del planeta. El cielo es completamente gris y en todas partes hace un frío terrible, un frío "capaz de romper las rocas." Como el libro empieza ocho años después del incidente, la comida empieza a escasear y algunos grupos de supervivientes se han convertido en caníbales. Los pérsonajes principales son el Hombre y el Chico, que son padre e hijo y viajan hacia el sur, con la esperanza de encontrar ahí un poco de calor, comida y esperanza. Esa es toda la historia. No obstante, la calidad del trabajo es insuperable. Los personajes han sido tratados tan maravillosamente que ni siquiera sientes desidia al darte cuenta que casi todo el libro trata de ellos dos nada más. Hay partes muy cabronas en las que te pones a llorar o sientes un chingo de miedo cuando se ven amenazados por lo caníbales o por el hambre. ¡Puta! ¡El hambre! Todo el tiempo está presente en la obra. Sientes culerísimo cuando ya no tienen nada que comer y se llevan a la boca cualquier mierda que se encuentran... hasta bolas de nieve sucia.
El Hombre intenta cuidar a su hijo todo lo que puede y le da ánimos, pero cuando el Chico está dormido, se pone a llorar y maldice a Dios por todo lo que ha ocurrido y todo lo que va a ocurrir. El padre siempre lleva consigo un revólver con dos balas... No lo hace para matar a "los malos," como él los llama, sino para librarlos a ellos mismos de la agonía de la muerte en caso de ser capturados por el enemigo.
¿Serás capaz? Cuando llegué el momento, ¿serás capaz?, se pregunta el Hombre cada vez que mira al Chico.
Para tranquilizar a su hijo, le dice que a ellos no puede pasarles nada porque llevan el fuego, es decir, la única llama de pureza que queda en la humanidad. Le advierte que hay otras personas buenas, otras personas que llevan el fuego y que hay que encontrarlas.
¿Y no nos va a pasar nada malo?
Desde luego que no.
Porque nosotros llevamos el fuego.
Así es. Porque llevamos el fuego.
¡Qué chingón!
Por cierto, va a salir una película no sé cuando. Pero les recomiendo que primero lean el libro.

domingo, 10 de mayo de 2009

De The Spirit


Nunca he leído un solo número del cómic The Spirit, pero sé que su crador, Will Eisner, era un chingón de chingones. The Spirit relata la historia de un tipo que se muere y vuelve a la vida con todas las intenciones de luchar contra el crímen. Sí, bueno, es una historia bastante simple, pero a lo largo del tiempo, la obra se convirtió en una de las piezas más importantes para comprender el mundo del cómic.
Por eso, me emocionó mucho cuando escuché que iban a sacar una película de The Spirit que sería dirigida por Frank Miller, otro chingón de chingones. Cuando la película salió en diciembre del año pasado, por una u otra razón no pude ir a verla. Cada vez que me encontraba con un cuate, le decía: "Vamos a ver The Spirit, no seas culero," y todos me daban largas. Finalmente, sacaron la película de cartelera, pero yo me quedé con chingos de ganas de verla.
Durante todo ese tiempo, se me hizo raro que nadie hablara de ella.
Hace dos semanas se me hizo ver la maldita película. Fue lo más horrible que he visto en años. Cuando los créditos empezaron a correr por la pantalla, sentí por primera vez que había desperdiciado tiempo de mi vida, y eso que yo he pasado horas acostado en el pasto mirando el cielo. No mamen. Es horrible: diálogos tontos, actuaciones malas, chistes terribles... Ni siquiera las hermosas mujeres que salen en la película pudieron salvarla. En las dos horas que dura el tormento, no hay un solo momento memorable. Se me hace raro que Frank Miller la haya cagado tanto en su primera película. Pero, pensándolo bien, Miller es un mamón, y hasta es posible que lo haya hecho adrede nomás por chingar, como lo hizo con The Dark Knight Strikes Again o con All-Star Batman and Robin, The Boy Wonder.
Pero quién sabe... Tal vez, Frank Miller esté perdiendo su toque.
Yo rezo porque no sea así.

martes, 5 de mayo de 2009

¡Pinches viejas!


Un amigo mío fue a mi casa para ayudarme a pintar un cuarto. Mientras trabajábamos, comenzamos a hablar de su novia, una chica que conoció por internet y vive en Rumania, o algo así. Me contó sus planes de juntar dinero e ir a Rumania a visitarla, y como siempre, yo nomás entorné los ojos para darle a entender lo tonta que me parece la idea. Estamos de acuerdo que es un tanto rara, ¿no?
Sin embargo...
Yo he visto cómo mi amigo se ha partido el lomo trabajando para juntar el dinero que le comprará el boleto para ir hasta allá. Incluso, he apoyado monetariamente a la causa. El plan de este burro era irse pa' Rumania durante el verano, porque si no, solamente podría ir hasta el invierno, y en invierno allá hace tanto frío que no puedes hacer otra cosa que no sea quedarte en casa, dando gracias a Dios por la calefacción. El problema fue que le cambiaron mucho el precio del boleto y ahora tendrá que juntar más dinero, lo que se traduce en más tiempo de espera. Tendrá que viajar en invierno.
El asunto es que, cuando le dijo a su chica que tendrían que esperarse más para conocerse en persona, ella se encabronó y se puso triste. Que no mame. Yo vi cómo mi queridísimo amigo se partió la madre trabajando para juntar el dinero del boleto, y ella se encabrona. ¿Qué pedo? Hasta le recriminó que, tal vez no estaba haciendo ningún esfuerzo por verla.
¡Pinches viejas!
Eso me recuerda a una novia mía de la prepa. Sí... Recuerdo que una vez me sentí tan dadivoso con ella que le compré muchas cosas en una semana: un libro, chocolates, un reloj, un peluche y mamadas así. Ella, como toda buena mujer, se sentía feliz por haber recibido algo sin haber hecho el más mínimo esfuerzo por merecerlo. Pero una tarde, presenció cómo un amigo suyo le regalaba una rosa a su novia. ¡Me reprochó por una semana no haberle regalado nunca una rosa! ¡No mamen! ¡Yo le había dado como seis cosas, y ella me cagaba porque entre esas cosas no estaba una rosa! ¡Una puta rosa!
¡Pinches viejas!
Ahora, no me salgan con la pendejada de: "es que a las mujeres no hay que comprenderlas, sino amarlas." ¡Amen a mis güevos! El hombre que no comprende a una mujer es un pendejo; el problema es que, cuando las comprendes, inmediatamente te dan muchas ganas de deshacerte de ellas. Juro que el corazón de la menos cruel de las mujeres está más podrido que el corazón del asesino más despiadado. Las mujeres traman con una perversidad que a nosotros nos faltan siglos para comprender, y odian con un odio que es capaz de matar con sólo imaginárselo.
¡Pinches viejas!
Si no tuvieran eso que tanto nos gusta...

viernes, 1 de mayo de 2009

The Godfather: The Coppola Restoration


El otro día fue mi cumpleaños. Eso no importa, lo importante es que alguien me dio el mejor regalo que un amante del cine podría pedir: The Godfather: The Coppola Restoration. TG:TCR es basicamente la trilogía de El Padrino retaurada cuadro por cuadro hasta quedar chingonsísima. Ojo, no es una remasterización, donde se le agregan cosas o así, sino que simplemente la dejaron bien chula. Hasta parece recién filmada. Lo mejor fue cuando me di cuenta de que la cajita metálica en que venía (muy bonita, por cierto) incluía otro disco más, uno con las codiciadas características especiales y las escenas borradas. Justo cuando me estaba orgasmeando, vi una horrible propaganda de vinos que venía en la parte posterior-interior de la caja, así que para no romper el cuadro de belleza, la mandé al diablo. Mi sorpresa fue que, debajo de la propaganda, había un quinto disco. ¡Un puto quinto disco!
¡No mames!
El quinto disco es de suplementos, y tiene varios documentales más, y en uno, hasta sale mi adorado Spielberg diciendo: "Cuando vi El Padrino quise renunciar al cine. Me di cuenta de que yo nunca tendría esa habilidad para contar historias."
¡No mames!
Por eso y chingos de cosas más, The Godfather: The Coppola Restoration debe estar en la colección de todos aquellos que tienen una vaga idea del buen gusto.