El único blog que admite de antemano que está de güeva.

Ahora patrocinado por Jarabe El Chorrito, "¡Es bueno el cabrón!"

miércoles, 4 de febrero de 2009

De los sombreros y otros headwear chingones


Me encantan los sombreros. Desde que entré a la universidad, los utilizo diariamente y los he convertido en una parte muy importante de mi apariencia, al grado que, cuando no llevo uno puesto, mis compañeros y amigos pasan de largo, sin saludarme, porque no logran reconocerme. Recuerdo que, cuando entré a la universidá, fui el primero en llevar uno, y la gente que pasaba por ahí se me quedaba viendo con cara de "¿qué pedo con ese güey?" Poco a poco, y a fuerza de costumbre, dejaron de lanzarme miradas curiosas, y para alimento de mi asombro, poco a poco vi varias de esas divinas prendas resguardando las ideas de algunos colegas estudiantes. En estos días, si pasan por mi facultad, verán un chingo de sombreros, de todo tipo y colores, circundando los pasillos. A mí no me molesta que ya muchos usen sombrero, al contrario; me halaga saber que más de uno haya aceptado la importancia histórica de tan expresiva prenda.
¿Y cuá es esta importancia?
Bueno, si miráramos hacia atrás, y concentráramos nuestra atención en aquellas gloriosas imágenes del pasado, donde la vida cotidiana apenas veía venir lujos como el gas o la luz eléctrica, seguramente encontraríamos un sombrero como uno de los elementos emblemáticos de la época. Sherlock Holmes, El Zorro, The Spirit, Phillip Marlowe, James Bond, Indiana Jones, El Vago de Chaplin y muchos otros personajes que han quedado impresos en el imaginario popular, decidieron ponerse uno alguna vez. Por eso, opino que hay cierta cualidad romántica en los sombreros que no deberíamos dejar morir.
Claro que hay más ataviós para ponerse en la cabeza, como las boinas, las gorras y los gorritos, pero mi corazón se queda con los sombreros, sin duda alguna. Hoy mismo recordé cuál de ellos fue el que me enamoró: el Fedora café que Indiana Jones lleva puesto en todas sus aventuras. Después de ver a Indy partiendo madres con ese magnífico e insuperable Fedora sobre su cabeza, decidí que a güevo tenía que poseer uno igual, partiera yo madres o no.
Hoy en día, mi colección de sombreros es harto reconocida e imitada, pero pocos saben que yo los luzco con cierto dejo de nostalgia y respeto, que muy pocos serían capaces de comprender.

2 comentarios:

J. P. dijo...

Creo que la reedición de Jones en el cine motivó el uso de sombreros en la facultad.

Y como lo dijo un grupo de corporativistas tratando de responder al significado de la vida: "la gente no usa suficientes sombreros".

El Loco Vagabundo dijo...

El sombrero es un distintivo, sol aquellos que saben lo que significa traerlo saben lo que vale. Atte El Loco.