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jueves, 4 de diciembre de 2008

Sobre el porno y otras bellezas

El otro día una vieja amiga mía entró a mi Hi5 y se puso a ver las fotos que subí. Obviamente se topó con la foto que pusé en mi perfil aquí, donde estoy agarrándole los pechos desnudos a una mujer. Mi amiga es una feminista loca, y como tal, me reprochó por haber subido la foto, y más que eso, por habérmela tomado. Cuando le expliqué que la chica de la foto se hace llamar Alektra Blue y es una estrella porno, pegó el grito en el cielo. Me dejó un extenso comentario en el que explica por qué la pornografía es mala y dañina para las ya de por sí retorcidas y pequeñas mentes de los hombres. Según ella, la exposición continua al material xxx potencia en los varones el deseo de poseer a las mujeres, aún sin su consentimiento, y además, atrofia su precepción respecto a la mujer, volviéndolas solamente "una vagina o unos pechos andantes."
Patrañas.
Yo veo porno. La verdad, no conozco a un solo hombre que no vea porno. Vemos porno, sí, lo vemos, y un chingo. Es apropiado mencionar en este momento que conozco a hombres que pasan gran parte de su tiempo viendo porno y no por eso tratan mal a las mujeres, al contrario; las tratan como reinas y se ofenden cuando algún pelado las llama "viejas." El porno no es malo. Es solamente una forma más de entretenimiento. Si yo subí mi foto con Alektra Blue a mi blog y a mi Hi5, no lo hice porque creo que me sube el status como macho, sino porque soy fan de esa mujer y me enorgullece que, en algún momento de mi vida, estuve a su lado y hablé con ella. Es una gran chica, además; mientras el fotógrafo preparaba la cámara que inmortalizaría uno de mis mejores momentos, ella me hizo plática, en español. Me dijo que había sido un día muy pesado y que las piernas le dolían. Por ese breve momento, ella dejó de ser una estrella porno y se convirtió en una mujer común y corriente, una chica de las que se sienta a tu lado en el autobús o camina en la misma dirección que tú cuando vas camino a casa. Cuando el fotógrafo dijo estar listo, ella tomó su pose y sonrió a la cámara.
Lo que ella hace es solamente un trabajo, una forma de ganarse la vida por el medio que le parece más fácil. ¿Qué hay de malo en eso?
Cuando todo pasó, me dio un beso de despedida y autografió uno de mis tantos sombreros, justo al lado de las rúbricas de Roxy Reynolds y Courtney Cummz. Valoro tanto ese maldito sombrero que no me lo he puesto desde ese día, por miedo a que algo lo pase.

No hay nada malo en el porno. Después de todo, cada cabeza es diferente y ve las cosas de distintas maneras. Si mi amiga tuviera razón, entonces deberían prohibir las películas de guerra porque los niños van a querer dispararle a alguien, o prohibir a los homosexuales ser homosexuales en la calle porque los niños van a andar por el mundo dando besos a los niños y las niñas dando besos a las niñas. Eso es simple, sencilla y llanamente, una mamada.
Yo amo el porno. Ya hasta me hice una playera con la foto que me tomaron con Alektra. También amo a esa mujer. Es una diosa. Se ha convertido en un amor platónico para mi. Y la respeto... De hecho, la repeto más que a la mayoría de las mujeres que conozco. La respeto porque es una gran mujer y le vale verga lo que piensen de ella, porque en el fondo, muchos sabemos que lo que hace no tiene nada de malo. Es más, será de las primeras en ir al Cielo por haber hecho felices a tantos hombres. Palabra.


1 comentario:

Esaú Jaimes dijo...

Saludos Dieter.

Tras un breve lapso sin leer ni publicar nada, me alegro de poder hacerlo de nuevo y, más aún, de ojear una entrada tan esplendida y con la que concuerdo en cada palabra.

Además, recuerdo con detalle el momento en que te fue tomada esa foto pues yo estaba en el lugar. En efecto, Alektra Blue es una suerte de diosa digna de tu admiración y la de cualquier cabrón; y no, no lo digo por que sea actriz porno ni por que sea una belleza.

Quizá no me sea tan cercana (sobra que diga la envidia que da leer las palabras que os dirigió) pero yo tambien pude notar que era una mujer extraordinaria que sólo hacía -y disfrutaba- su trabajo, uno que no le falta el respeto a nadie, ni a ella misma como muchos lo alegaran falazmente.

En fin, este es mi primer comentario en tu blog y te prometo no será el último. Sigue así que en mi tenés a un lector ávido y constante.