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domingo, 14 de diciembre de 2008

Grandes personajes: Sherlock Holmes

Nadie pudo negar la habilidad de Conan Doyle blandiendo la pluma; sus fascinantes historias y la deliciosa narración de sus escritos lo convierten en el favorito de muchos. Ganó el título de sir gracias a sus obras La guerra de los Bóer y La guerra en Suráfrica, escritas a su regreso a Inglaterra después de servir como médico militar durante la guerra de los bóers. A éstos trabajos les siguieron muchos otros, sumamente buenos y dignos de explorar. Pero no somos completamente francos si intentamos evadir dar la mayor parte del crédito al personaje que impulsó la carrera literaria de Doyle más allá de las estrellas... más allá del tiempo: Mr. Sherlock Holmes.
El detective que alguna vez habitó el 221-B de Baker Street brilla en el salón de la fama de la literatura universal junto con su inseparable compañero, el doctor Watson. Impulsados por el ingenio de su creador, ambos personajes penetran en el mundo criminal de la ciudad de Londres con la intención de poner tras las rejas a los criminales que vale la pena aprehender. Valiéndose de métodos deductivos innovadores para su época, Holmes demuestra, algunas veces de forma bastante arrogante, su superioridad entre los oficiales de policía y los detectives de Scotland Yard, sorprendiendo a propios y ajenos con una leve manifestación de sus conocimientos de vez en cuando. A mi parecer, Sherlock es el personaje más increíble al que la literatura haya dado vida.
Personalmente he disfrutado de las varias novelas de Conan Doyle con singular regocijo, pues es característico de la época victoriana plasmar en las varias hojas que componen una obra literaria el predominio intelectual que precedió a la Gran Guerra, sin olvidar, por supuesto, aquel maravilloso toque que los personajes aportan en un intento por hacer de la lectura un momento ameno e inolvidable.
Y verdaderamente, lo lograron.
Después de la muerte de Holmes a manos del profesor Moriarty, la insistencia de los seguidores obligaron al autor a revivirlo; matar al hombre más querido de Inglaterra en ese tiempo fue, sin duda, un error imperdonable. Reticente, Doyle da a conocer algunas aventuras del detective en un período cronológicamente anterior a su muerte, hasta que, finalmente, convencido de haber errado y abrumado por las quejas, decide volverlo a la vida de modo poco convincente. Pero al fin, había vuelto.
Mostrando más respeto por su creación, Conan Doyle continúa con su oficio de escritor sin olvidarse de dar trabajo a Sherlock periódicamente. Es aquí cuando el escritor comienza a elaborar novelas y narraciones históricas que son acogidas de buena gana por críticos y admiradores.
Doyle escribe en 1924 El Archivo de Sherlock Holmes, última de sus aventuras juntos, pues en 1930 moría en Crowborough, el 7 de julio.
Fue precisamente sir Arthur Conan Doyle quien, con destreza incomparable en el manejo de la narración, me influye a mí, colocándome en el camino académico que sigo ahora. Para todos aquellos quienes conocen su trabajo, las ciencias de la deducción e investigación son, y seguirán siendo, algo elemental.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo nomas he leido el Sabueso de los Baskerville y recuerdo aun con una emocion chingona la parte donde Holmes esta escondido esperando y de pronto ve al perrazo... no mames, imaginando su rostro, abriendo la boca por la sorpresa y luego saliendo echo la chingada detras de el... uffffffff chingon, chingon, chingon, me cae que voy a leer mas aventuras.

Saludos.

J. P. dijo...

Yo creí que la historia que hiciste sobre nuestra conversación estaría en este apartado...

Tenía todo Sherlock Holmes...Odio a mi padre.